ALBERTO BÁRCENA: Detrás de la masonería está el maligno

Alberto Bárcena es profesor de la Universidad San Pablo CEU, en Madrid (España), donde ha impartido diversas asignaturas de Historia y Doctrina Social de la Iglesia. Autor de varios libros, es un investigador activo y un solicitado conferenciante sobre la masonería y el nuevo orden mundial.

En esta entrevista para el Rosario de las 11 nos habla sobre qué es la masonería, por qué ha sido condenada por la Iglesia Católica en múltiples ocasiones, cuáles son las relaciones entre la masonería y el satanismo, y cuál es el plan que organizaciones mundialistas como la ONU o la UE controladas por estas asociaciones secretas tienen para crear una nueva sociedad.

Sobre la masonería explica que es una secta secreta de las más influyentes en Occidente con una enorme repercusión en la política pero sobre todo lo que Alberto siempre destaca es la repercusión que siempre ha tenido en el pensamiento occidental, en el cambio de valores. "Esa transformación de la civilización occidental, sobre todo ese cambio de paradigma, de valores en gran medida se debe a la acción de la secta porque tiene una larga historia de 300 años y ha actuado siempre de una forma tenaz con algunas interrupciones y momentos de menor influencia pero ha estado presente", relata.

Y es que no sólo es la acción de las logias, de la masonería sino que como explica Alberto una parte del camino ya lo han hecho. Ese relativismo moral que se eleva al rango de dictadura como dijo el Cardenal Ratzinger antes de convertirse en Papa, es en buena medida una obra de la masonería.

"Ha habido una lucha tenaz contra la Iglesia católica especialmente aunque conociéndola no sólo es compatible con la católica sino que en el fondo realmente si las otras iglesias fueran coherentes con su cristianismo, lo sería con cualquier otra, la católica es la que más veces ha condenado la masonería pero no es la única: la ortodoxa griega y algunas de las protestantes también lo han hecho".

La masonería tiene unos principios que no solo son incompatibles con el catolicismo sino con e

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